03. Sana doctrina bíblica y posmodernidad







03. La sana doctrina bíblica en la postmodernidad


Perspectivas acerca de las finanzas


Como mencionamos en un artículo anterior, una perspectiva distorsionada acerca de las finanzas es una conducta en contra de la mayordomía bíblica. Cada persona tiene una perspectiva acerca de las finanzas, según la cosmovisión o cultura en la que fue criado. Con base en dicha perspectiva se relacionan con las finanzas, las personas y, lo que es más importante, con Dios.

De ahora en adelante designaremos el conjunto de bienes, riquezas y dinero como finanzas; y para entender un poco la cosmovisión que tenemos acerca de las finanzas, es necesario entender que nos encontramos en un momento histórico en la cultura occidental llamado posmodernidad, el cual, a causa de la globalización y de la rapidez de los medios de comunicación, ha permeado toda la humanidad.

Como dice René Pereira en su artículo La iglesia posmoderna: “La historia humana se caracteriza por el surgir de importantes cambios que afectan la idiosincracia de las grandes civilizaciones. Estos cambios son el producto de ideas y conceptos que se van propagando de individuo a individuo y de nación a nación hasta ser una influencia mayor en la cosmovisión de toda una época. También son el resultado de eventos significativos que cambian para siempre la manera de ver las cosas... [así, el postmodernismo,…] más que un movimiento que envuelve a los intelectuales y académicos,... ha logrado asentarse en la sociedad occidental especialmente, de tal forma que hoy por hoy es la manera de pensar más común entre las nuevas generaciones... El postmodernismo representa una apertura a todo tipo de idea o creencia sin el freno de la razón. Es una tolerancia que rechaza todo tipo de valores absolutos. El término postmodernismo significa posterior o tras el modernismo. Y eso es lo que este movimiento resulta ser: Una reacción opuesta a la forma de pensamiento de la modernidad: Un pensamiento mayormente racionalista y empírico que ha dominado al mundo por muchos siglos” (Pereira, Rev. Enfoque, 40).

Los postulados o características de este tiempo nos ayudarán a entender por qué pensamos cómo lo hacemos.

La posmodernidad se caracteriza por una idea de (1) libertad sin límites, la cual involucra una gran permisividad en cuanto a la inmoralidad sexual y un deterioro o pérdida de los valores. También se caracteriza por el (2) nihilismo (Nihil: Nada. Nadaísmo), es decir, la ausencia de valor y verdad absolutos; el (3) Hedonismo (Hedón: dios griego del placer), el cual exalta el placer como necesidad y merecimiento del hombre. Ésta, a su vez, está muy relacionada con otra característica que es el (4) Consumismo, con la idea: “consumo, luego existo”. Sumadas a lo anterior, están el (5) Utilitarismo o convertir al hombre en un objeto y el olvido de éste como ser humano a causa de la idea basada en la teoría de la Evolución (Poco valor de la vida) y la (6) ausencia de una actitud crítica al futuro y falsa tolerancia, las cuales llevan al hombre a vivir una realidad superficial y a centrarse en el vivir el hoy (Inmediatismo e intrascendencia). De ésta se deriva el (7) pragmatismo, una tendencia al facilismo y a evaluar todo según su éxito o su practicidad.

La posmodernidad se establece además, sobre la premisa de la (8) muerte e ineficacia de las ideologías del pasado y de las esperanzas de un futuro, así como del (9) relativismo, un postulado que se deriva directamente del nihilismo y que expone que si no existen valores o una verdad absoluta, todo es relativo dependiendo del ángulo desde donde se le mire, por lo tanto, exalta el sentimentalismo o las emociones para evaluar cualquier idea. De esta última característica se deriva una de las expresiones más sorprendentes del posmodernismo que es la negación del Dios bíblico (Nietzsche: Profeta de la posmodernidad y filósofo de la muerte de Dios) para dar cabida a la idea de la Nueva Era de que cada uno tiene a dios adentro o es un dios, basado en el (10) narcisismo (creado a su amaño y que nada tiene que ver con el Dios de la Biblia), característico de esta cosmovisión. No en vano, el teólogo Francis Schaeffer pronosticó esta edad como la “era de la sin razón”. 

“El hombre posmoderno mantiene el rechazo a la autoridad de la Biblia y de la Iglesia, pero se ha dado cuenta que tampoco puede confiar ciegamente en la razón humana. El problema es que no encontraron nada con qué sustituirla, excepto la intuición y el sentimiento. Por supuesto, si cada cual debe seguir los dictados de su corazón, entonces no debemos aceptar absolutos de ningún tipo: Ni en el terreno del conocimiento, ni en el de la moral, ni en el de los valores humanos. Ahora todo es relativo. Cada cual tiene derecho a forjarse su propia opinión de las cosas; y cualquiera que se atreva a creer dogmáticamente que algo debe ser universalmente aceptado como verdadero es un intolerante. He ahí, en pinceladas muy generales, algunos de los elementos que han incidido negativamente en la generación [posmodernista] a la que nos ha tocado ministrar a principios del siglo XXI”. Sugel  Michelén en: www.todopensamientocautivo.com.

En conclusión, el postmodernismo ha encumbrado la idea narcisista y el “culto al yo” y, lamentablemente, el cristianismo de hoy no se ha visto exento de esta influencia.

Así, los fundamentos filosóficos de la posmodernidad empezaron a cocinarse con la decadencia de la Era Moderna, que coincide con los inicios del siglo 20, tiempo por el cual se dieron los inicios del Movimiento Pentecostal (Carismático), el cual trajo una "renovación"1 en casi todas las áreas del cristianismo basada en los principios postmodernos. Hombres como John Wesley, trabajaron arduamente para introducir estas "novedades" y "nuevas doctrinas" a América, las cuales fueron acogidas con mucha fuerza; en oposición a los puritanos, aquellos sabios que perseveraban en los principios bíblicos retomados por la Reforma Protestante del siglo 16, ordenados y compilados primeramente en la Confesión de Fe de Westminster y luego en la Confesión de Fe de Londres de 1689 (Siglo 17).

El inicio formal de la posmodernidad a partir de la década de los 60, propició el caldo de cultivo para que el pentecostalismo tomara mucha fuerza, de manera que en la actualidad, la mayoría del cristianismo en Latinoamérica está fuertemente influenciado por él. Y es en este escenario posmoderno y globalizado donde se transmite un cristianismo de recetas instantáneas, orientado más a "hacer sentir bien" al cliente para reclutar la mayor cantidad de personas posibles en el tiempo más corto, aunque no se perciban interesadas en transformar radicalmente los valores egoístas y hedonistas de nuestra cultura obsesionada con la introspección y el culto a sus sentimiento y al “yo", y donde fenómenos como la sanidad interior, la teología de la prosperidad y el avivamiento de la risa se proclaman como la "nueva revelación divina", la panacea esperada que finalmente le dará a los cristianos la paz, la dicha y las riquezas, una teología donde el hombre es el centro y está en la carrera loca de tenerlo todo en la tierra, es decir, con la mirada puesta en los tesoros pasajeros de esta vida.

Como dice Héctor Cattani:
“Es verdad, hay un avivamiento, pero de esta clase de cultos llenos de entusiasmo y en forma de espectáculo que no son más que un invento, pero que sobretodo, son un insulto a la cruz de Cristo. Este “renovado evangelio" no representa la Cruz del Nuevo Testamento, [más bien] remplaza la vieja Cruz del calvario que mataba a los hombres (Gálatas 2:20), por la "renovada cruz" que los entretiene; la vieja Cruz como símbolo de dolor y vergüenza, por la "renovada cruz" que los divierte y la vieja cruz que mataba al yo, por la "renovada cruz" que los alienta…Hoy ocupan un puesto de vanguardia, la búsqueda en el cristianismo de prosperidad, sanidad, pensamientos positivos, palabras que ayuden a la autoestima, autoayuda, aplausos, influencias, todo lo que mantenga al "yo" en su trono.
Los maestros que proclaman estas nuevas doctrinas parece que han descubierto una nueva fuente de poder de "nuevas verdades" y mayor sabiduría y luz para comprender lo que antes no entendían, pero cayeron en la trampa y bebieron de la vieja fuente en la que participaron Adán y Eva y un tercio de la creación angelical (demonios). La fuente del engaño de Satanás”.

La doctrina de los reformadores era, por el contrario, la confianza plena en Dios y la obediencia a su suficiente Palabra, no aceptar un cristianismo diluido, un nuevo evangelio de salud, prosperidad y nuevo pensamiento o "club del positivismo". En nuestros días se están amontonando “maestros de la fe" que nos recuerdan como la vieja serpiente sedujo y engañó a Eva en el Edén, lo cual se evidencia con mayor fuerza en los postulados de la posmodernidad.

Entendiendo esto, podemos recordar que en artículos anteriores, anunciamos que este trabajo pretende retornar a los orígenes bíblicos, a los pensamientos de las iglesias apostólicas y de las iglesias primitivas, recapitulados en las 5 Solas de La Reforma Protestante del siglo 16:

1. Sola Escritura
2. Sola fe
3. Sola Gracia
4. Solo Cristo
5. Solo para la Gloria de Dios.


Notas
1"Renovación" quiere decir la introducción de "nuevas doctrinas" a diferencia de la "Reforma" que quiere decir "retornar a la forma original”.

Más adelante: Teología de la prosperidad vs. Teología de la pobreza

Comentarios

Entradas más populares de este blog

01. Qué Dice la Biblia Acerca de la Mayordomía y las Finanzas

11. Como detectar la codicia y la avaricia?

06. El Contentamiento, La protección de Dios contra el pecado