11. Como detectar la codicia y la avaricia?
Como detectar los pecados de
avaricia y la codicia en nuestro corazón.
Preste atención a los siguientes puntos para evaluar lo que hay en su corazón e identificar cómo está pecando contra el décimo mandamiento (Ex. 20:17), pues es muy sutil y verdaderamente peligroso para el alma:
1. Casi siempre la codicia viene disfrazada bajo el pretexto de suplir una necesidad y encuentra un motivo para justificarse más fácilmente que cualquier otro pecado. Casi cualquier cosa puede convertirse en una “necesidad” para justificar la codicia o la avaricia y, a menudo, las personas pueden afirmar fuertemente que no creen que la vida del hombre consista en las cosas que posee (Lucas 12:15), cuando en realidad eso sea lo que realmente creen. Es un pecado difícil de reconocer.
2. Pone de manifiesto el lugar que ocupan las cosas materiales en nuestro corazón y en nuestros afectos. “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21). Cada vez los pensamientos y sentimientos están más centrados en las cosas de este mundo y se pierde el control en las prioridades correctas. Se encuentra a menudo soñando despierto con los ídolos de este mundo, planeando y proyectando sus fantasías. Sus pensamientos están seriamente ocupados con la acumulación de bienes, promociones, ascensos, prosperidad, ocio con mucho dinero sin trabajar, y esto se convierte en el motor de sus vidas.
3. Lleva a hacer cualquier sacrificio y pagar cualquier precio para obtener la cosa codiciada. Todo el tiempo, energía y esfuerzo están dedicados a las cosas temporales y no a las eternas. Estará dispuesto a pasar por encima de su familia, sus valores, los demás y, aún de Dios y sus preceptos, para obtener lo que desea.
4. Vuelve a los seres humanos celosos y envidiosos de aquellos que poseen lo que ellos desean.
5. Hace al ser humano ingrato y descontento. La persona pierde la capacidad de apreciar las bendiciones de Dios y siempre se está fijando en las carencias. Entre más consigue, materialmente hablando, más vacío e insatisfecho se siente porque ha llegado a pensar que no se puede ser feliz, satisfecho o estar contento sin aquello que se codicia.
6. Aunque en sí mismas, la codicia y la avaricia, transgreden el Primer Mandamiento como ya lo vimos, pueden conducirnos también a materializar otros pecados mucho más evidentes como mentir, robar, adulterar e, incluso, matar.
Recuerda, la Biblia es enfática:
“ni los ladrones, ni los avaros [codiciosos], ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”.
1 Corintios 6:10
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