07. La Teología de la pobreza



07. Teología de la prosperidad vs. Teología de la pobreza


Al revisar este tema de Tesoros en el cielo. Mayordomía bíblica, es necesario que retornemos, entonces, a una cosmovisión bíblica, a una perspectiva de este asunto desde la palabra de Dios y dejemos a un lado, estas "nuevas doctrinas", más consecuentes con la postmodernidad que vivimos que con la propia Biblia, pero para empezar, debemos entender lo que estas “nuevas doctrinas” traen.

Es posible que usted se encuentre desconcertado en este momento, debido a que ya se ha percatado de estas evidencias de la intrusión de la postmodernidad en la Iglesia, pero le animamos a continuar leyendo y a comprobar por usted mismo la verdad bíblica.

Lamentablemente, cada vez son menos los creyentes que, como Pablo o muchos de los hombres mencionados en las Sagradas Escrituras o de La Reforma del siglo 16, comprenden el concepto de recompensa eterna, aunque Jesucristo explicó en sus enseñanzas (Lucas 16:19-31) que nuestra posición en el reino de Dios “será inversamente proporcional a la manera en que nos gratifiquemos en esta vida” Larry Burkett, Los negocios y la Biblia. 1996, p51.

El hecho de que pocos entiendan esto, ha generado un desequilibrio en este tema poniendo dos visiones o teologías en puntos opuestos: La teología de la pobreza vs. La teología de la prosperidad.

Aunque llamadas así, es importante anotar que la palabra teología significa conocimiento acerca de Dios. Por esta razón, usaremos mejor el concepto de doctrina2 de la pobreza y doctrina de la prosperidad.

Parte 1.Teología de la pobreza


Durante mucho tiempo se predicó lo que hemos conocido como doctrina de la pobreza. Especialmente en Latinoamérica, esta cosmovisión en el área de las finanzas ha estado muy arraigada. Estas ideas están fundamentadas en que para seguir a Jesús, un creyente debe prescindir de todo lo material y vivir en la pobreza, basado en el argumento erróneo de que Jesús era pobre y que, por lo tanto, los cristianos deben ser miserables.

Pobreza significa “falta, necesidad, que no se tiene lo necesario para vivir”. El concepto de miseria está íntimamente ligado con el de pobreza, podría decirse que son sinónimos, pues miseria significa “desgracia, infortunio, estrechez, falta de lo necesario para el sustento”.

La miseria, o pobreza total, se ha convertido en un asunto polémico, puesto que muchos líderes espirituales han considerado la pobreza como una maldición. Sobre este asunto hay bastante que decir, pero los creyentes debemos ver la Soberanía de Dios por encima de cualquier posición.

7Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece”.
1 Samuel 2:7

Aunque Dios creó un mundo de abundancia y bendición, es cierto que en Deuteronomio 28, la Palabra dice que la pobreza o miseria vienen como maldición, es decir, como consecuencia de la desobediencia a los estatutos divinos y que el hombre las incorporó a su vida a causa de su rebelión contra el Creador luego de la Caída. Aún así, la experiencia nos ha mostrado que son miles los impíos que viven en abundancia.

Así que, en cuanto a los incrédulos, Dios puede usar la pobreza como consecuencia, castigo o maldición por su naturaleza pecaminosa, según su propósito; pero también puede enriquecerlos para juicio.

¿Pobreza o escasez?

Pero, en cuanto al creyente regenerado, es de radical importancia aclarar que pobreza o miseria es algo diferente a la escasez, que significa “poca cantidad de una cosa”. Este último término, tiene que ver con circunstancias en las que no hay abundancia, pero sí lo necesario para sobrevivir, de manera que las necesidades básicas para vivir, que según la Biblia son alimento y abrigo, están cubiertas, pues al leer Mateo 6:25-34, observamos la promesa de Dios de suplir estas necesidades a sus hijos. Él nos exhorta:

31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.
Mateo 6:31-32

Tenemos que creer en esta promesa de Dios de suplirnos lo básico y confiar en su Soberanía para darnos más, si fuere su voluntad. Así que, según la Biblia, no podemos llamar pobre a alguien que tiene estas dos necesidades básicas en su vida, cubiertas por la fidelidad de Dios.

Si sólo se tienen estas dos cosas, podríamos hablar de escasez, pero debemos entender las razones de ésta en los hijos de Dios, la cual puede venir por nuestra mala administración, o si proviene de Dios, puede ser un medio para aprender a administrar lo poco y ser puestos luego sobre lo mucho (Mateo 25:21) o para estar en contentamiento con lo básico que Dios ha prometido a sus hijos (Hebreos 13:5), entre otras razones.

6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”.
1 Timoteo 6:6-9

La soberanía de Dios


Aunque no podemos separar la Soberanía de Dios de la responsabilidad del hombre, es conveniente aclarar que, en su Soberanía, Dios puede permitir la pobreza literal en los creyentes, es decir, llegar a no tener ni lo básico (alimento y abrigo), ya sea por disciplina formativa, esto es, para fortalecer y transformar el carácter y no como una señal indiscutible de la ira de Dios sobre alguien, pues a veces, constituye bendición inesperada cuando sirve para desapegar al hombre del mundo o le enseña a poner su corazón en las cosas de arriba.

En el pueblo de Dios no debe haber pobres


Al respecto, en Deuteronomio 15:4-10, Dios le dice a su pueblo Israel que entre ellos “no debe” haber pobres (pobreza literal) y esto se puede aplicar a la Iglesia de Cristo, que hoy es el pueblo de Dios. Usted debe observar claramente que no dice “no habrá” o “no existirán” pobres, sino que dice que “no deberá haber” pobres.

4Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da para que la poseas como herencia.
5Y así será, siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno”.
Deuteronomio 15:4-5 [NVI]

¿Se ha preguntado que quiso decir Dios en este pasaje? Dios promete a Israel que si obedecían sus mandatos, les daría bendición. ¿Qué les mandaba? Fidelidad y Amor.

• Primeramente, en el sentido de que sus hijos (su pueblo) debemos ser administradores en excelencia de lo que Dios nos ha encargado y esto implica haber salido de las conductas en contra de la mayordomía bíblica y ser obedientes, ordenados y fieles en el manejo de las finanzas, sean pocas o muchas.

• Y, en segundo lugar, que nuestra hermandad tiene que ser tal, que si alguno de nuestros hermanos en Cristo está en dificultades, estamos en la obligación de ayudarlo como hicieron los hermanos de la iglesia primitiva de Jerusalén, no de un modo socialista como algunos han interpretado, sino sabiendo que todo pertenece a Dios y que nuestros recursos deben estar disponibles para los más necesitados (Hechos 4:32-35).

Contra la pobreza: Fidelidad y Amor


Si había fidelidad y amor, el resultado es que no habría necesitados, es decir, por tales razones no “deberán haber pobres” y menos en el pueblo de Dios, pero por su corazón endurecido y desobediente, los habían, los hay hoy y siempre los habrá (pobres, no escasez, sino pobreza literal - Salmos 9:9 y Proverbios 22:2). Pero la insistencia de Dios es a que seamos generosos para cubrir las necesidades básicas de nuestros hermanos y podamos ser usados en las manos de Dios para cumplir su promesa.

7Cuando en alguna de las ciudades de la tierra que el Señor tu Dios te da veas a un hermano hebreo pobre, no endurezcas tu corazón ni le cierres tu mano.
8Antes bien, tiéndele la mano y préstale generosamente lo que necesite.
9No des cabida en tu corazón a la perversa idea de que, por acercarse el año séptimo, año del perdón de las deudas, puedes hacerle mala cara a tu hermano hebreo necesitado y no darle nada.
De lo contrario, él podrá apelar al Señor contra ti, y tú resultarás convicto de pecado.
10No seas mezquino sino generoso, y así el Señor tu Dios bendecirá todos tus trabajos
y todo lo que emprendas”.
Deuteronomio 15:7-10 [NVI]

11Gente pobre en esta tierra, siempre la habrá;
por eso te ordeno que seas generoso con tus hermanos hebreos
y con los pobres y necesitados de tu tierra”.
Deuteronomio 15:11 [NVI]

La confusión de la doctrina de la pobreza


Aunque lo anterior es una realidad, la Biblia nunca exalta la pobreza como una virtud o algo agradable a Dios. Por esta razón, la doctrina de la pobreza no tiene fundamentos bíblicos.

Los defensores de esta doctrina enseñan que una persona rica no puede entrar al reino de los cielos por ser rica y justifican esta idea al citar el pasaje del hombre rico en Mateo 19:23-24; Mateo 5:3 y Lucas 18:18-30, pero a la verdad para Dios no hay nada imposible y salva a quien quiere.

23Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
24Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
25Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
26Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible”.
Mateo 19:23-26

Además, cuando en Mateo 5:3, las Escrituras se refieren a los pobres de espíritu, habla de aquellos que estaban muertos espiritualmente, carentes y necesitados del Espíritu de Dios y han venido a vida eterna por la obra de Jesucristo, no de la pobreza material como requisito para entrar al cielo.

2Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos”.
Mateo 5:3

Estos pasajes han sido malinterpretados y sacados fuera de contexto, pues en el primer caso Jesús apuntaba a una conducta específica del hombre a causa de su naturaleza caída, que era su apego o amor a sus bienes y lo difícil que es para un amador de las riquezas, entrar en el reino de Dios.

De hecho, muchos creyentes que exaltan esta doctrina de la pobreza, hacen caso omiso de las necesidades de sus hermanos o desprecian lo material, autodenominándose "pobres", teniendo lo necesario, y así se espiritualizan pecando por una falsa humildad, menosprecio e ingratitud con Dios, “pero precisamente, este tipo de dualismo platónico introducido en la iglesia cristiana desde los albores del cristianismo, es lo que en realidad más daño ha hecho a la causa de Cristo en la tierra; porque el verdadero testimonio del poder del reino de Dios ha quedado eclipsado por aquella interpretación escapista y teología mística” Mario Cely Q.

Como dice el escritor Mario Cely Q., sería bueno que adoptáramos el espíritu puritano en este sentido. “Realmente ellos quisieron hacer de la Iglesia un instrumento perfecto hasta donde fuera posible, con el fin de extender la verdadera espiritualidad del evangelio de Jesucristo, no sólo en la vida de la iglesia local, sino social, en el ámbito político, en el área de la economía y cultura en general. Vemos que ellos no se sustrajeron a estas realidades terrenas mientras llegaba la hora de partir al cielo y estar con Cristo [...] su batalla era la instauración del señorío de Cristo en todos los órdenes de la vida junto con la eterna verdad del evangelio y sumado a la práctica del mandato cultural” .

Los que tenemos una vida cimentada en Cristo debemos conocer lo que dicen las Sagradas Escrituras en cuanto a este tema y ponerlo en práctica, eso significa no irnos al extremo de valorar la pobreza como un requisito para la Salvación.


Fin.


Notas
Doctrina: Enseñanza.

En el próximo artículo veremos el otro extremo: La doctrina de la Prosperidad.

¿Que sabes de Mayordomía Bíblica?
¿Sabes administrar lo que el Señor ha dejado a tu cuidado?
En nuestro blog exponemos lo que la Biblia dice acerca de administración y finanzas:
http://mayordomiabiblica.blogspot.com/



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