04. Conductas en contra de una fiel Mayordomía


Conductas  en contra de la  mayordomía  bíblica


13Ningún siervo puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas”.
Lucas 16:13

Todos traemos herencias culturales, emocionales y conductuales de nuestros antepasados, pero más importante aún, todos nacemos muertos espiritualmente y esclavos de una naturaleza pecaminosa. Al nacer de nuevo, Cristo da vida a nuestro espíritu y somos transformados progresivamente para llegar a su estatura, pero dado que no somos glorificados en esta tierra, muchos de los comportamientos de nuestro viejo hombre, permanecen y la forma cómo nos relacionamos con el dinero puede ser uno de ellos, pero éste debe ser transformado a medida que el Espíritu Santo nos revela la voluntad de Dios en esta área a través de su Palabra.


Como veremos más adelante, la filosofía postmodernista, ha influenciado fuertemente el mundo en el que vivimos, con una de sus especiales características: La sicología. Interpretar todos los comportamientos humanos a través de la óptica de la sicología ha influido en gran manera el pensamiento actual, haciendo que lo que Dios y su Palabra llaman "pecado", el mundo lo denomine "enfermedad" o “trastorno sicológico". Así, a robar llama cleptomanía, al mentir, mitomanía, a los desenfrenos sexuales de una mujer, ninfomanía, a la adicción al juego, ludopatía, entre muchos otros ejemplos, exonerando al hombre de su responsabilidad en repetir una y otra vez estas conductas pecaminosas. En este primer capítulo hablaremos de estas conductas, enfocándonos en el área de las finanzas, que mantienen al creyente en derrota en cuanto al propósito de Dios en su vida, pues fuimos llamados a vida eterna, pero mientras vivimos esta vida terrenal, sólo la obra de Jesucristo en la cruz y el poder del Espíritu Santo a través de la palabra de Dios, es decir, la Biblia, pueden renovarnos “en el espíritu de nuestra mente” (Efesios 4:23), remplazando los paradigmas y las conductas del mundo por los estatutos de Dios y la práctica de estos, para alcanzar el objetivo de glorificar su Nombre siendo sus mayordomos o administradores aquí en la Tierra. Debemos recordar que, como dice R.C. Sproul Jr., “la mayordomía es el gobierno y la utilización del orden de la creación para los propósitos y la gloria de Dios” (Sproul, 2012, 23).

Las conductas que veremos a continuación, se dan cuando el dinero, los bienes o las riquezas, en fin, las finanzas, sea por la abundancia o por la escasez, ocupan en nuestra vida diaria, el lugar de prioridad que le corresponde al Creador y esto es idolatría.

1. La idolatría

3No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el
cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso,
que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen,
6y hago misericordia a millares,
a los que me aman y guardan mis mandamientos”.

Éxodo 20:3-6

Ésta consiste en hacerse un dios o ídolo distinto del Dios Trino y adorarlo. En este caso específico de las finanzas, recurriendo a estos como proveedores de sabiduría, favor, poder o cosas materiales. Por esta razón, un ídolo o dios puede ser cualquier cosa que ocupe el lugar céntrico que le pertenece al Dios verdadero, el Señor Jesucristo.

Puede llegar a ser uno mismo (egolatría), otra persona, un trabajo, una adicción, poner la confianza en algo diferente a Dios como proveedor (loterías, casinos, juegos de azar, negocios, etc.) u objetos o imágenes de cosas, animales, personas o del mismo Dios. Incluso, en el dinero mismo (Filarguría: Idolatría de las riquezas o amor al dinero). Debemos recordar que detrás de todo pecado está la idolatría.

La idolatría es un intento del hombre por conseguir sus propios fines sin someterse al Señor y a su Ley. Aunque el poder y la autoridad le fueron legítimamente otorgados por Dios; luego de la Caída del hombre en el pecado (Génesis 3), estos fueron distorsionados y terminaron por centrarse en un deseo de controlar-dominar a las personas y las circunstancias, a través de la manipulación y la intimidación (abuso de autoridad),en lugar de ser usados para administrar la creación según el plan original de Dios.

Juan Calvino solía decir que “el corazón del hombre es una fábrica de ídolos”. ¡Toda la Biblia es una constante advertencia contra la idolatría!1


14Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia;
se avergüenza de su ídolo todo fundidor,
porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella.
15Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecerán”.

Jeremías 10:14-15

La idolatría incluye:
• Hacer, vender y comprar ídolos.
• Adorar o venerar ídolos.
• El ocultismo: Adivinación (consultar adivinos, médiums o muertos) y hechicería (Conjuros, encantos, hechizos, pactos y rituales de prosperidad,
lectura de tarot y de las cartas, entre otros).

Howard Dayton, en su libro Su dinero cuenta, dice que incluso, en esta edad postmoderna, se ha venido dando la idolatría práctica, es decir, adoramos cosas de nuestro tiempo (Automóviles, moda, cantantes y artistas, deportes y deportistas, artículos tecnológicos, etc.) y “si amamos cualquier cosa -familia, trabajo o posesiones- más que al Señor, tenemos un ídolo” (Dayton, 2006,166). De hecho, los mayores dioses o ídolos actuales son la educación y el entretenimiento, con todo lo que esto involucra. Como dijo Arthur W. Pink, “la educación es un altar que ahora está atestado por una multitud de adoradores idólatras2.

Es importante reconocer que la idolatría tiene que ver profundamente con la perspectiva que se tiene acerca de las riquezas, los bienes y el dinero, es decir, la perspectiva de las finanzas.


2. Una perspectiva equivocada de las finanzas


La idea de que Dios no tiene ninguna relación ni está interesado en la finanzas está sumamente arraigada, aún entre los creyentes, pero la Biblia nos muestra todo lo contrario.

“Para recalcar cuan importante resulta para Dios el tema del dinero y las posesiones, dieciséis de las treinta y ocho parábolas de Cristo hablan de cómo las personas deben manejar los tesoros terrenales. De hecho, nuestro Señor enseñó más sobre tal administración (uno de cada diez versículos en los Evangelios) que sobre el cielo y el infierno juntos. La Biblia completa tiene más de dos mil referencias a las riquezas y las propiedades, el doble de las referencias totales a la fe y la oración. Lo que hagamos con las cosas que Dios nos ha dado es muy importante para Él” (MacArthur, 2005, 13).

Veremos más profundamente este tema en el Capítulo 2: Perspectivas acerca de las finanzas, pero podemos decir que, generalmente este error se desprende de una visión o idea errada acerca de Dios.

3. Una visión errada acerca de Dios 

Nuestra vida y nuestros ingresos dependen totalmente de Dios. Él es santo, justo, soberano y amoroso, entre muchos otros atributos. La mayordomía bíblica es entender lo que Dios ha revelado de Él mismo para ser glorificado y honrado con nuestra obediencia. Por lo tanto, es nuestra obligación acercarnos a la Palabra y conocerlo tal y como Él se ha revelado a través de ella.

La parábola de los talentos en Mateo 25:14-30 nos ilustra que la manera cómo vemos a Dios afecta la forma como administramos sus bienes. Este tema será ampliado suficientemente en el Capítulo 3: El Dios Todopoderoso y en el Capítulo 10: Dar con alegría.

4. Falta de fe en Dios 

En realidad, podemos tener fe en muchas cosas, personas o métodos, pero la fe bíblica se centra en Dios y puede ser entendida en dos formas. En primer lugar, como equivalente del verbo "esperar", obviamente una espera del cumplimiento de las promesas de Dios registradas en la Palabra y, en segundo lugar, como el compendio o cuerpo de lo que creemos. Este tipo de fe bíblica, le exige al creyente cambiar sus conductas pecaminosas.

Hablaremos de este tema con mayor amplitud en el Capítulo 4: La fe en Dios, pero podemos adelantar que, habitualmente la falta de fe en Dios es una de las razones más comunes por las cuales las personas adquieren deudas y mantienen una seria y excesiva preocupación por las finanzas.


5. Deudas y fianzas


La Biblia dice:
8No debáis a nadie nada,…”.
Romanos 13:8a

¿Por qué? Porque
7… el que toma prestado es siervo [esclavo] del que presta”.
Proverbios 22:7b

Y la palabra de Dios dice que
“ninguno puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al otro,
o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas”.
Mateo 6:24 [Lucas 16:13]

Hay personas que viven conscientemente el proceso de salir de las deudas y lo que esto implica y, una vez libres financieramente, vuelven a endeudarse. ¿Qué fuerza tan poderosa lo lleva a ubicarse de nuevo en el lugar de ser esclavo de otro y no disfrutar y valorar la libertad que Cristo ganó para nosotros?

Usted debe saber que esta inclinación arrolladora a meterse en deudas y, generalmente, a no pagarlas; puede venir por estar repitiendo un patrón o conducta familiar o, incluso, por haber heredado las deudas que no pagaron sus padres o abuelos.

En los verdaderos creyentes, esta conducta debe ser confrontada por la Palabra y abandonada en el poder del Espíritu Santo, al conocer lo que las Escrituras dicen al respecto.

De igual manera, en el caso de las fianzas. Usted debe analizar por qué razón está adquiriendo ese compromiso por alguien y qué lo motiva.

Aunque el tema de las deudas y las fianzas se desarrollará más profundamente en el Capítulo 5: Deudas y fianzas y Capítulo 6: Pagando las deudas, ahora lo importante es discernir las raíces de esta conducta.


6. Falta de planificación 


Nuestra idiosincrasia latinoamericana no es una cultura entrenada o enseñada en la planificación, en el ahorro o en la previsión. Por lo contrario, comportamientos postmodernistas como la auto-indulgencia para gastar, el inmediatismo y el inadecuado manejo de los recursos evidencian una conducta en contra de la mayordomía bíblica, la cual nos insta a planificar.

5Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia;
mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza”.
Proverbios 21:5

Este tema lo abordaremos ampliamente en los posteriores capítulos 7, 8 y 9 de Planificación financiera.


7. No buscar consejo


Aunque un negocio o una oportunidad parezcan muy lucrativos y sin posibilidad de fallar, si Dios no le dirige en ellos, el fracaso será inminente o el precio a pagar por esto va a ser muy alto, puesto que estará haciéndolo en sus fuerzas y sin el respaldo de Dios. Es necesario buscar la dirección de Dios acerca de si el proyecto que usted ha imaginado está acorde con la voluntad o el propósito del Señor para su vida.

La manera prioritaria y más certera de buscar el consejo de Dios es a través de su Palabra.

6Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.
Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio;
y porque olvidaste la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos”.
Oseas 4:6

Y luego en personas expertas en el tema, hombres sabios, en el sentido de ser personas guiadas por el Espíritu Santo y por la palabra de Dios.

18Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo;
mas el que guarda la corrección recibirá honra”.
Proverbios 13:18

El tema del consejo en general, será tratado en el Capítulo 11:Buscar consejo.


8. La injusticia y la deshonestidad 


Las diferentes maneras de ser injustos y deshonestos en las finanzas las ampliaremos en el Capítulo 12: Ser honesto. Una vez enfrentadas estas conductas, deben ser corregidas y no perseverar en ellas, pedir perdón y hacer la restitución correspondiente que veremos en el Capítulo 6: Pagando las deudas, pues la injusticia o deshonestidad manifestada en las diferentes formas que estudiaremos, desata la disciplina de Dios y, generalmente, sus consecuencias se evidencian con mayor fuerza en el área financiera.

11Es verdad que ninguna disciplina al presente
parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia
a los que en ella han sido ejercitados…
13y haced sendas derechas para vuestros pies,
para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado”.
Hebreos 12:11, 13 

9. La pereza y la resignación 

Ambas conductas obstaculizan la manera en que la provisión de Dios viene a su destino.

15La pereza hace caer en profundo sueño,
y el alma negligente padecerá hambre”.
Proverbios 19:15

La pereza es causada por no entender el valor del trabajo en el plan de Dios, pues Él ordenó descansar un día, pero mandó trabajar seis (Éxodo 20:9-10).

Este tema será expuesto con mayor profundidad en el Capítulo 13: Diligencia en el trabajo.

10. Los vicios

Los vicios son conductas pecaminosas que pueden llegar a enseñorearse, aún sobre los creyentes, y ya hemos visto que las Sagradas Escrituras dicen que no podemos servir a dos señores. También son una forma en la que podemos terminar ofrendando a las tinieblas, en lugar de dar al reino de Dios.

Pero ¿qué significa ofrendar a las tinieblas? Es entregar los recursos que Dios nos ha dado a causas que no le agradan porque están por fuera de sus preceptos. Es lamentable que muchas personas saquen de sus bolsillos más fácilmente para sus desenfrenos, o para un vicio o una adicción que los controla, que para el propósito de Dios.

1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados…
8Porque en otro tiempo erais tinieblas,
mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz...
10comprobando lo que es agradable al Señor.
11Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas,
sino más bien reprendedlas;…”.
Efesios 5:1, 8, 10-11

El tema los vicios lo ampliaremos en un próximo articulo en donde estudiaremos lo que dice la Palabra con respecto a: tabaquismo, alcoholismo, drogadicción, glotonería, inmoralidad sexual, juegos de azar, etc…

11. La aflicción, amargura o resentimiento 

El concepto de amargura evoca el sabor característico de la hiel, que deja una sensación desagradable al paladar y la aflicción, significa causar molestias, sufrimiento físico, tristeza o nostalgia. Por lo general, las personas que tienen deudas o problemas financieros sufren de aflicciones y de amargura.

Es muy común observar en nuestra sociedad actual, que las personas que sufren de pobreza o miseria, por lo general, padecen de una intensa sensación de resentimiento o amargura contra los que se hallan en una situación financiera holgada, sean estos creyentes o impíos. Respecto a estos últimos, el Salmo 73 anima a no tener envidia de ellos porque, a su tiempo, Dios hará justicia, aquí o en el más allá, de la misma manera en que lo afirma el salmista:

1No te impacientes a causa de los malignos,
ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
2Porque como hierba serán pronto cortados,
y como la hierba verde se secarán”.
Salmo 37:1-2

Este resentimiento causado por la envidia y la incapacidad de percibir las propias conductas pecaminosas en el área financiera, desencadenan situaciones de extrema violencia en nuestra sociedad, y aún dentro de los mismos creyentes se evidencia en enojo, ira, mal humor y murmuración acerca de la situación económica propia o de otros.

La amargura es una conducta dura de derribar en la vida de las personas cuando se ha instalado y es contagiosa. Vemos cómo esta actitud fatalista o perspectiva amargada de la propia vida y de los demás, se repite a menudo dentro de una familia y los abuelos y padres la inculcan en sus descendientes. Por esta razón, es recomendable evitar cualquier situación, afirmación o compañía que refuerce este sentimiento pecaminoso.

La Biblia nos dice que los días malos vendrán (2 Timoteo 3:1), pero nos hace un llamado a no permitir que la amargura se siembre en nuestro corazón.

15Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios;
que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe,
y por ella muchos sean contaminados;…”.
Hebreos 12:15

Sea por circunstancias personales, por mantener una tradición o imitar una conducta familiar, aún inconscientemente, no debemos dar lugar al diablo (Efesios 4:26-32) admitiendo raíces de amargura en nuestras vidas, pues esto no nos permite estar en contentamiento y, como consecuencia, no podremos ser mayordomos idóneos.

No debemos estar afligidos por nuestra condición financiera, sino más bien escudriñar las Escrituras para entender cuál es la razón de esta situación. Revisar si es nuestra mala administración o si es la voluntad de Dios. Sea cual sea la respuesta, es nuestra responsabilidad remplazar estas conductas de amargura y aflicción por el contentamiento y gozo en el Señor y esto sólo podemos hacerlo en el poder del Espíritu Santo, pues el gozo es uno de sus frutos.

Alabemos al Señor en la abundancia e, igualmente, en la escasez, y mejor, concentrémonos en asumir nuestro papel de administradores de las cosas de Dios.

Aplicar las enseñanzas de la Palabra para hacer lo mejor posible, es el mejor antídoto contra cualquiera de estas conductas contrarias a la mayordomía bíblica de las finanzas.

Legado para mis hijos

A propósito de este tema, es menester que cada padre deje una herencia basada en el ejemplo de una conducta conforme a la voluntad de Dios y fundamentada en el conocimiento de su Palabra.

Hemos dicho que el sacerdote del hogar o varón es el encargado y responsable delante de Dios de enseñar a su familia lo que la palabra de Dios dice acerca de mantener estas conductas. Le animamos a que lea cuidadosamente este capítulo con sus hijos y les enseñe de una manera sencilla (Pídale la estrategia a Dios en oración), lo que significan e implican estas conductas en contra de la mayordomía bíblica.

Proponemos que haga que su familia lea en la Biblia, las citas mencionadas y su contexto, y usted como padre de familia, responda a sus inquietudes con base en las Escrituras o en experiencias propias o escuchadas, pero con fundamento bíblico.

Es necesario tener en cuenta que aunque en los primeros años los padres pueden asumir la responsabilidad espiritual por sus hijos en esta área, cuando estos adquieren criterio y uso de la razón, deben entender esto y, por decisión propia, no repetir las conductas mencionadas, puesto que ya están bajo su responsabilidad.

Cuando Pablo dice en 2 Corintios 12:14b, que debemos guardar una herencia para nuestros hijos, pensemos que ésta no es sólo material. Uno de los legados más importantes que usted puede heredarle a sus hijos es su orden y libertad financiera.

Si ellos pueden empezar su vida y su caminar con Dios conociendo lo que dice su Palabra acerca de las finanzas y poniéndolo en práctica, serán mucho más útiles para la obra de Dios y podrán empezar más pronto a servirle con su tiempo y sus finanzas. 

Notas

1 Más citas bíblicas sobre la idolatría: 1. Antiguo Testamento: 2 Reyes 21:11; 2 Crónicas
15:8 y 34:7; Salmos 78:58-59; 96:5; 97:7 y 115:2-8; Isaías 2:8-9 y 18; 31:7; 40:18-20; 41:29;
42:17; 44:9-20; 48:4-5; 57:5 y 66:3; Jeremías 8:19; 16:18; 50:2 y 38 y 51:17-18; Ezequiel
11:18; 14:3-4 y 20:18; Oseas 4:17-19; 8:4 (todo) y 14:3 y 8; Miqueas 1:7 y Zacarías 13:2.
2. Nuevo Testamento: Hechos de los apóstoles 15:20 y 17:16; Romanos 1:23 y 2:22; 1
Corintios 10:14 y 12:2; Gálatas 5:19-21; 1 Tesalonicenses 1:9; 1 Pedro 4:3 y Apocalipsis
2:14 y 9:20.

2 PINK, Arthur W. Exposition of the gospel of John.

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