12.3. Viviendo las finanzas del Reino por fe. 3º parte
12.3. Viviendo las finanzas del Reino por fe
Tercera y última parte
La segunda parte de este artículo es: La Fe verdadera Vs. La Fe carnal.
Hemos visto que la Palabra habla de finanzas mucho más que de otros temas, pero entender las finanzas del reino de Dios y la mayordomía bíblica es conocer el propósito y los lineamientos que Él nos da a través de las Sagradas Escrituras en esta área, establecer sus pensamientos en nuestra mente y obedecerlos por fe. Por fe, debemos obedecer la palabra de Dios.
“A primera vista, muchos leerán esto y se preguntarán ¿Qué tiene que ver todo esto con la fe? En primer término, la fe debe ser vista como una semilla. Los apóstoles querían que su fe fuera aumentada. La semilla es para ser plantada para que el aumento llegue a medida que ésta crece. En la medida en que permanecemos en la palabra de Dios, vivimos en ella y la dejamos moldear nuestros pensamientos, la fe crecerá y se desarrollará en nuestros corazones. Jesús les dice a sus discípulos que la fe se obtiene a través de la obediencia y la responsabilidad. La fe aumenta cuando un siervo simplemente hace aquello que se le indicó que hiciera. La fe se obtiene al reconocer nuestra posición como siervos y a través de la obediencia de las instrucciones que el amo ya nos ha dado en la palabra de Dios” (Hill y Pitts, 2001, 23).
¡Para hacer viva la fe en nuestra vida financiera, no sólo debemos creer lo que la Biblia dice acerca del tema, sino vivirlo en obediencia!
Es absurdo transgredir su Palabra para lograr el propósito de Dios para nuestra vida o para demostrar que tenemos fe. Por el contrario, la fe se demuestra con obediencia, así a veces, pensemos que lo que nos pide parece ilógico. Algunas personas piensan que obedeciendo los lineamientos de Dios, no lograrán sus metas. La fe debe remplazar estos pensamientos, pues entre más difícil o inalcanzable parezca algo en la perspectiva del mundo, más oportunidad habrá para que Dios se glorifique.
Es de suma importancia reconocer que, independiente de todo lo que anhelemos, queramos o necesitemos, debemos guardar todo respeto y amor para nuestro único, verdadero y poderoso Dios; y que ante sus ojos, el amor se demuestra con obediencia.
Las finanzas del Reino exigen una completa obediencia a la palabra de Dios. Muchos de los patriarcas y hombres de las Sagradas Escrituras llevaron a cabo la misión que el Señor les entregó en obediencia a sus mandatos. Por fe, obedecieron y llegaron a ver cumplidas cosas inimaginables para la gloria de Dios.
Por fe, Noé no escatimó en los gastos que la construcción del arca requería, pues confiaba en Dios que todo lo proveía. Abraham planeó con habilidad y escrituró anticipadamente la tierra para las tumbas de su familia; Moisés no buscó prestado para los materiales del tabernáculo, sino que diligentemente y bajo la dirección de Dios obtuvo todo lo necesario del mismo pueblo; David ahorró y guardó todos los materiales para la construcción del templo toda su vida para que su hijo Salomón lo construyera; Joás reunió el dinero lentamente para reparar el Templo; Esdras proveyó todos los recursos para la reconstrucción del Templo mediante el rey al cual servía; Nehemías oró por el proyecto de reconstrucción del Templo y Dios puso en el corazón de Artajerjes, rey de Babilonia, donar los recursos y Pablo trabajó día y noche para cubrir todos los gastos necesarios para sus viajes misioneros. Ninguno de ellos transgredió los mandamientos ni principios divinos para lograr estos proyectos, sino que actuaron por fe y en obediencia.
Vivimos la fe en el área de la mayordomía, al obedecer todo lo que dice su Palabra y al reconocer que nuestra misión será llevada a cabo porque es el mismo Dios quien así lo ha dispuesto. O como dijo el misionero a la China, Hudson Taylor (1832-1905): “Al trabajo de Dios, hecho a la manera de Dios, nunca le faltará la provisión de Dios”.
Fe = Obediencia
La fe puesta en el Señor de la Biblia nos ayudará a rendir esta área de las finanzas a Él y a vivir una mayordomía en obediencia, pues la fe nunca puede estar por encima de nuestro Dios ni puesta en algo diferente a Él. Incluso, ni en una mala interpretación de la fe bíblica.
“17A los ricos de este siglo manda que no sean altivos,
ni pongan la esperanza en las riquezas,
las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo,
que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.
1 Timoteo 6:17
Vemos aquí que el requisito para que Dios nos dé lo que pedimos es que guardemos sus mandamientos, es decir, que estemos alineados con su Voluntad, igual que en Hebreos 11, donde vemos cómo los grandes milagros registrados en la Biblia, fueron actos de fe y de obediencia.
De la misma manera, sólo la fe nos puede ayudar a tomar la decisión de vivir una mayordomía bíblica, haciendo Tesoros en el cielo.
Recuerde: Un fiel mayordomo del Señor tiene su fe puesta en el Dios de la Biblia.
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