6. Conductas en contra de la mayordomía bíblica

Parte 1

17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.  20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

Efesios 4:17-24

Oremos

Padre santo no permitas que las tinieblas opaquen nuestro entendimiento, que la vanidad, la cual es oscuridad, nos lleve a vivir alejados de la vida espiritual que Tú nos has dado. Señor que la ignorancia no endurezca nuestro corazón hacia las cosas buenas, agradables y perfectas que Tú nos ofreces según tu santa voluntad.

Que las enseñanzas que recibimos de tu Palabra y de tus pastores y maestros sean según la verdad que está Jesús, y que esta verdad cambie nuestra vida, de tal manera que nos despojemos del viejo hombre y de sus deseos engañosos, para que nuestro espíritu sea renovado según el Señor en la justicia, santidad y verdad.

Pues nos has dado nueva vida, nos has levantado de la tumba en donde estábamos muertos en delitos y pecados, y ahora podemos vivir con el objetivo de darte toda la honra y toda la gloria, ayúdanos Padre a ser un testimonio de tu amor en cualquier lugar donde estemos.  Amén

Introducción 

Amados hermanos, si nosotros pretendemos ser fieles mayordomos del Señor, ante todo debemos recordar que somos miembros del cuerpo de Cristo y participantes de sus dones espirituales, por eso no debemos andar como los impíos; no debemos vivir, ni comportarnos como los inconversos ignorantes que se guían enteramente por un entendimiento entenebrecido, el cual emplean para cosas vanas, sirviendo a sus ídolos y a sus posesiones mundanas, cosas que de ninguna manera son provechosas para sus almas y que defraudarán dramáticamente sus expectativas, pues una vez pasen el umbral de la muerte, se encontrarán con una terrible condenación eterna.

Pero aun sabiendo esto, los impíos ponen su corazón en la satisfacción de sus deseos pecaminosos y como resultado reciben un drástico aumento en la gravedad de sus pecados de sensualidad, lascivia, gula, ira, mentira, pereza, adulterio, robo, fornicación y toda clase de pecados abominables al Señor, que hunden sus almas más profundamente en las tinieblas. Pero Dios ha tenido misericordia con aquellos que lo buscan y nos ha traído de la muerte espiritual a una nueva vida que no esperábamos:

1 … él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Efesios 2:1-3.

Cuando éramos impíos ese viejo hombre era fuerte en nosotros, pero ahora, como hijos de Dios la acción del Espíritu Santo y el uso de los medios de gracia lo van marchitando, así que, ese viejo hombre, cada día está más cerca de fallecer; sin embargo aun puede emplear artimañas que nos hagan extraviar el rumbo, y cuando no lo mortificamos, su corrupción crece dentro de nosotros con el objetivo de destruirnos. Mucho cuidado hermanos, pues esas inclinaciones o deseos pecaminosos son concupiscencias engañosas que prometen felicidad, pero solo traen una miseria que pueden traicionarnos hasta destruirnos, “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”. (1 Corintios 10:12).

Así pues, nuestro deber es despojarnos del viejo hombre pues son como los harapos inmundos de nuestra vieja naturaleza, de estos harapos deberíamos avergonzarnos en caso de que alguien nos viera vestidos aun con ellos. Es por eso que en estas enseñanzas seguiremos analizando las conductas en contra de la mayordomía bíblica, que son aquellas conductas pecaminosas del viejo hombre, para detectarlas y erradicarlas de nuestra vida, como los viejos harapos inmundos que son.

Pues un fiel mayordomo debe revestirse del hombre nuevo, lo que incluye con prioridad la fiel administración de los bienes, por eso nuestro enfoque de hoy estará en la forma cómo nos relacionamos con las finanzas, conducta que debe ser transformada a medida que el Espíritu Santo nos ilumina la voluntad de Dios en esta área a través de su Palabra.

Ya hemos visto los amargos frutos del amor al dinero, y sabemos que la Caída ha distorsionado nuestra relación con las finanzas, y que además, todos traemos herencias culturales, emocionales y conductuales de nuestros antepasados, pero más importante aún, todos nacemos muertos espiritualmente y esclavos de una naturaleza pecaminosa.

Al nacer de nuevo, Cristo da vida a nuestro espíritu y somos transformados progresivamente para llegar a su estatura, pero dado que no somos glorificados en esta tierra, muchos de los comportamientos del viejo hombre, permanecen como un remanente de pecado, es por eso que el apóstol dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”, (Efesios 4:22), y como consecuencia nuestro espíritu será renovado, y seremos “vestidos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Así que la tarea es deshacernos de los harapos de ese viejo hombre, para luego vestirnos del nuevo hombre, es decir, del vestido que debe usar un fiel mayordomo.

Como vimos anteriormente, ese viejo hombre se ha vestido con la filosofía de la posmodernidad, la cual ha influenciado fuertemente el mundo en el que vivimos, con una de sus especiales características: La sicología, por medio de la cual se interpretan todos los comportamientos humanos a través de su óptica, la cual ha influido en gran manera el pensamiento actual, haciendo que lo que Dios y su Palabra llaman pecado, el mundo lo denomine “enfermedad” o trastorno sicológico. Así, a robar llama cleptomanía, al mentir, mitomanía, a los desenfrenos sexuales de una mujer, ninfomanía, a la adicción al juego, ludopatía, entre muchos otros ejemplos, exonerando al hombre de su responsabilidad pues hoy son clasificadas como enfermedad en vez de llamarlo pecado, lo que lleva al hombre a repetir una y otra vez estas conductas pecaminosas.

Y lo que es peor, algunas de estas conductas pecaminosas que hace algunos años dejaron de llamarse como lo que son, es decir, pecados, se empezaron luego a llamar trastornos mentales, sin embargo el día de hoy ya ni siquiera se clasifican como trastornos mentales, sino que empezaron a ser clasificadas como algo normal, como una elección personal, como es el caso de la homosexualidad, por ejemplo, que bajo la mentirosa premisa del libre desarrollo de la personalidad tratan de convertir al hombre en un animal que sólo obedece a sus perversos deseos carnales, llamando amor a la satisfacción de los más bajos instintos y olvidando que somos hechos a imagen y semejanza de Dios y que tenemos un espíritu que está en contacto con el Creador.

Ese Espíritu que nos dice que Dios, nuestro Creador, quiere lo más excelso para sus hijos, mientras que el enemigo ofrece su putrefacta basura, envuelta en una insana indulgencia que le da licencia al impío para cometer los más graves pecados, y les ofrece una gratificación momentánea a cambio de una condenación eterna. ¿Ese es el precio de su alma? ¿La venden por una gratificación momentánea?

Volviendo a nuestro tema, en esta enseñanza hablaremos de esas conductas que afectan el área de las finanzas, las cuales atentan directamente contra los Mandamientos de Dios y mantienen al creyente en derrota en cuanto al propósito de Dios en su vida, pues fuimos llamados a vida eterna, pero mientras vivimos esta vida terrenal, sólo la obra de Jesucristo en la cruz y el poder del Espíritu Santo a través de la palabra de Dios, es decir, la Biblia, pueden renovarnos “en el espíritu de nuestra mente” (Efesios 4:23), remplazando los paradigmas y las conductas del mundo por los estatutos de Dios y la práctica de estos, para alcanzar el objetivo de glorificar su Nombre siendo sus mayordomos o administradores aquí en la Tierra. Debemos recordar que, como dice R. C. Sproul Jr.[1], “la mayordomía es el gobierno y la utilización del orden de la creación para los propósitos y la gloria de Dios” (Sproul, 2012, 23).

Las conductas que veremos a continuación, se dan cuando el dinero, los bienes o las riquezas, en fin, las finanzas, sea por la abundancia o por la escasez, ocupen en nuestra vida diaria, el lugar de prioridad que le corresponde al Creador y esto, como lo vimos en la enseñanza pasada, es idolatría.

Primera parte — 1. Idolatría 2. Una visión errada acerca de quién es Dios 3. Una perspectiva equivocada de las finanzas. 4. Deudas y fianzas 5. Falta de fe en Dios — Segunda parte — 6. Falta de planificación 7. No buscar consejo 8. La injusticia y la deshonestidad 9. La pereza y la resignación 10. Los vicios 11. La aflicción, amargura o resentimiento

Conductas en contra de la mayordomía bíblica

—Primera parte—

1. La idolatría

Ésta consiste en hacerse un dios o ídolo distinto del Dios Trino y adorarlo, contrariando el Primer y Segundo Mandamiento de la Ley Moral de Dios (Éxodo 20:3-6 y Deuteronomio 5:7-10). 

En el caso específico de las finanzas, recurriendo a estos como proveedores de sabiduría, favor, poder o cosas materiales. Por esta razón, un ídolo o dios puede ser cualquier cosa que ocupe el lugar céntrico que le pertenece al Dios verdadero, el Señor Jesucristo. Puede llegar a ser uno mismo (egolatría), otra persona, un trabajo, una adicción, poner la confianza en algo diferente a Dios como proveedor (loterías, casinos, juegos de azar, negocios, educación, etc.) u objetos o imágenes de cosas, animales, personas o del mismo Dios. Incluso, en el dinero mismo (Filarguría: Idolatría de las riquezas o amor al dinero). Debemos recordar que detrás de todo pecado está la idolatría.

También podemos definir la idolatría como un intento del hombre por conseguir sus propios fines sin someterse al Señor y a su Ley. Aunque el poder y la autoridad le fueron legítimamente otorgados por Dios; luego de la Caída del hombre en el pecado (Génesis 3), el poder y la autoridad fueron distorsionados y terminaron por centrarse en un deseo de controlar o dominar a las personas y las circunstancias, a través de la manipulación y la intimidación (abuso de autoridad), en lugar de ser usados para administrar la creación según el plan original de Dios.

Juan Calvino solía decir que “el corazón del hombre es una fábrica de ídolos”. ¡Toda la Biblia es una constante advertencia contra la idolatría![2]

En su expresión más básica la idolatría incluye:
• Hacer, vender y comprar ídolos.

14Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia; se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundición, y no hay espíritu en ella.  15Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecerán”.  Jeremías 10:14-15 

Adorar o venerar ídolos.

El ocultismo: Adivinación (consultar adivinos, médiums o muertos) y hechicería (Conjuros, encantos, hechizos, pactos y rituales de prosperidad, lectura de tarot y de las cartas, entre otros).

La idolatría es el quebrantamiento del Primer y Segundo Mandamiento de Dios y es una conducta pecaminosa detestable a sus ojos.

3No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.  5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”.

Éxodo 20:3-6

Es necesario tener en cuenta que en nuestra cultura latinoamericana, la mayoría de nuestros ancestros fueron o son practicantes de este pecado de la religión tradicional y podemos estar imitando esta conducta, gravemente pecaminosa, en nuestra propia vida a pesar de considerarnos creyentes.

Howard Dayton, en su libro Su dinero cuenta, dice que incluso, en esta edad posmoderna, se ha venido dando la idolatría práctica, es decir, adoramos cosas de nuestro tiempo (Automóviles, moda, cantantes y artistas, deportes y deportistas, artículos tecnológicos, etc.) y “si amamos cualquier cosa —familia, trabajo o posesiones— más que al Señor, tenemos un ídolo(Dayton, 2006,166). De hecho, los mayores dioses o ídolos actuales son la educación y el entretenimiento, con todo lo que esto involucra. Como dijo Arthur W. Pink (1886-1952), “la educación es un altar que ahora está atestado por una multitud de adoradores idólatras[3].

La Biblia relata en numerosos pasajes (Especialmente en Deuteronomio 28) de cómo, a su vez, la amargura, las deudas, la pobreza o miseria (Calamidades, desastres, catástrofes, ruina, falta de lo necesario, etc.) e, incluso, la violencia, pueden ser consecuencia de la idolatría de los pueblos. Recordemos que éste fue el pecado original de Adán y Eva, pues ellos quisieron llegar a “ser como Dios” y por esto, sucumbieron a la tentación de Satanás.

Es importante reconocer que la idolatría tiene que ver profundamente con la perspectiva que se tiene acerca de las riquezas, los bienes y el dinero, es decir, la perspectiva de las finanzas, pero primeramente, la idolatría parte de una visión errada de quién es Dios.

2. Una visión errada acerca de quién es Dios

6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”. Oseas 4:6

Esta sentencia del Señor se da en una época de prosperidad material del reino del norte (740 a.C), es decir, Israel cuya capital era Samaria, pero dicha prosperidad era sólo material, pues el pueblo había descendido a la peor de las idolatrías y como consecuencia de su desconocimiento de Dios fue destruido por Asiria unos pocos años después de esta profecía y su gente llevada al exilio, pues aquellos que se rebelan contra la luz, sólo pueden esperar ser destruidos por la oscuridad.

Aunque en este verso se habla del pueblo, este mensaje es sobretodo para los ministros del Señor que están obligados a instruir al pueblo de Dios con su Palabra, y a no rendirse aun cuando el pueblo fuera rebelde, pues la Palabra del Señor debe ser predicada en todo tiempo, pero los ministros de esa época no lo hicieron, o lo hicieron con el objetivo de lucrarse de las ofrendas que los israelitas llevaban al altar como sacrificio por el pecado, así mientras el pueblo mas pecara, más ofrendas había para ellos, para su lucro. Ellos no tenían el carácter del predicador fiel como está descrito en Eclesiastés.

9 Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. 10 Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. 11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor”.

Eclesiastés 12:9-11 

Era evidente que este no era el carácter de los sacerdotes, ni de los profetas de ese tiempo en Israel, en esa época (800 - 700 a.C.) sólo tenemos registro de unos pocos profetas fieles al Señor, entre ellos : Jonás (760 a.C.), con su mensaje de clemencia de Dios para todos; Amós (755 a.C.) con su mensaje de juicio contra el reino del norte; Oseas (740a.c.) con su advertencia acerca de la infidelidad del pueblo de Dios y Miqueas (730 a.C.) con su mensaje de juicio divino. Así que había una gran falta de conocimiento de Dios, cuyo resultado es la ruina para el pueblo, esto fue verdad para la época de Oseas, pero también lo es para nuestra época.

Hoy es igual, el pueblo no se esfuerza por obtener el conocimiento de Dios, hoy que tenemos la Palabra de su poder traducida a casi todos los idiomas del mundo y se puede obtener gratuitamente impresa en papel o para descargarla de manera digital en un celular… La Biblia está al alcance de todos, más disponible que nunca, pero el hombre no está interesado en conocerla, estudiarla y mucho menos vivir como la Biblia ordena.

18 Sin profecía el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado”. Proverbios 29:18

El pecado se agrava cuando el pueblo no se esfuerza por obtener el conocimiento de Dios, y es aun peor cuando no sólo hay apatía sino rechazo. “La razón por la que el pueblo no aprendía y los sacerdotes no enseñaban no era porque no tuvieran la luz, sino porque la odiaban; no era porque no tenían medios para llegar al conocimiento de Dios y comunicarlo, sino porque porque no tenían corazón para ello y la rechazaron. No desearon el conocimiento de los caminos de Dios, sino que lo abandonaron y cerraron los ojos a la luz; y por lo tanto, [dice el Señor] Yo también te rechazaré; Me negaré a conocerte y a poseerte; no me conocerás… Por tanto, diré: Apártate de mí, que no  te conozco. No serás sacerdote para mí” (Comentario de Matthew Henry en Oseas 4).

Pero este era un problema que se daba en ambas partes, los sacerdotes de la época de Oseas abusaron del pueblo y el pueblo se alejó de ellos, algo similar vemos hoy cuando algunos falsos ministros abusan esquilmando las ovejas, y ese pueblo, que odia al Señor y a su ley, encuentra la excusa perfecta para no exponerse a la Palabra de Dios, pues eso sacaría a la luz sus pecados y quedaría en evidencia que realmente no aman a Dios como ellos dicen, sino que viven en la hipocresía de la justicia propia, es decir, se consideran a sí mismos buenos, y confían en que con esa “pseudo religión posmoderna de hacer el bien”, pueden encontrar el camino al cielo, pero como en los tiempos de Oseas serán destruidos por falta de conocimiento, pues aquellos que se rebelan contra la luz, sólo pueden esperar ser destruidos por la oscuridad.

Pero hay un destino eterno igual, o peor, para aquellos falsos ministros que se dicen enviados del Señor, pero que no hacen su voluntad, sino que viven esparciendo ignorancia y engaños buscando enriquecerse y viviendo de dar falso testimonio de nuestro Dios santísimo, proponiendo pactos de prosperidad, u ofreciendo salud y riquezas a un pueblo alejado del Señor. Horrible será su destino final, si no se arrepienten de ese gravísimo pecado, pues con sus mentiras conducen a muchos a la perdición.

En resumen, como vimos en la enseñanza 2: El Señor Todopoderoso, esta conducta —una visión errada acerca de quién es Dios— parte de un desconocimiento de quién es verdaderamente el Dios de la Biblia. Toda nuestra vida depende totalmente de Dios y lo debemos demostrar con una fiel mayordomía de las finanzas que Él nos ha entregado. Él es santo, justo, soberano y amoroso, entre muchos otros atributos. La mayordomía bíblica parte de, como vimos anteriormente, entender lo que Dios ha revelado de Él mismo para ser glorificado y honrado con nuestra obediencia. Por lo tanto, es nuestra obligación acercarnos a la Palabra y conocerlo tal y como Él se ha revelado a través de ella, pues un pueblo sin entendimiento caerá (Oseas 4:14).

La parábola de los talentos en Mateo 25:14-30 nos ilustra que la manera cómo vemos a Dios afecta la forma como administramos sus bienes como veremos, si Dios quiere, en la Enseñanza 14: Dar con alegría.

3. Una perspectiva equivocada de las finanzas

Además, como ya hemos profundizado en las enseñanzas 3: La posmodernidad: La filosofía del mundo; 4: Perspectivas acerca de las finanzas: Pobreza vs. Prosperidad y 5: Los amargos frutos del amor al dinero, podemos decir que, generalmente, este error se desprende de una visión o idea equivocada acerca de Dios. Es común el pensamiento deísta[4] que divulga la idea de que Dios no tiene ninguna relación ni está interesado en las finanzas, la cual está sumamente arraigada, aún entre algunos creyentes, pero la Biblia nos muestra todo lo contrario.

John MacArthur[5] dice “para recalcar cuan importante resulta para Dios el tema del dinero y las posesiones, dieciséis de las treinta y ocho parábolas de Cristo hablan de cómo las personas deben manejar los tesoros terrenales. De hecho, nuestro Señor enseñó más sobre tal administración (uno de cada diez versículos en los Evangelios) que sobre el cielo y el infierno juntos. La Biblia completa tiene más de dos mil referencias a las riquezas y las propiedades, el doble de las referencias totales a la fe y la oración. Lo que hagamos con las cosas que Dios nos ha dado es muy importante para Él” (MacArthur, 2005, 13).

Una perspectiva equivocada acerca de cómo Dios ve la mayordomía de los bienes terrenales y cómo nos relacionamos con Él, puede llevarnos a la siguiente conducta.

4. Deudas y fianzas

La Biblia dice:

8No debáis a nadie nada,…” Romanos 13:8a

¿Por qué? Porque

7... el que toma prestado es siervo [esclavo] del que presta”.  

Proverbios 22:7b

Y la palabra de Dios dice que

“ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.  Mateo 6:24 [Lucas 16:13] 

Hay personas que viven conscientemente el proceso de salir de las deudas y lo que esto implica y, una vez libres financieramente, vuelven a endeudarse. ¿Qué fuerza tan poderosa lo lleva a ubicarse de nuevo en el lugar de ser esclavo de otro y no disfrutar y valorar la libertad que Cristo ganó para nosotros?

Usted debe saber que esta inclinación arrolladora a meterse en deudas y, en ocasiones, a no pagarlas; puede venir por estar repitiendo un patrón o conducta familiar o, incluso, por haber heredado las deudas que no pagaron sus padres o abuelos, pero también debe saber que la decisión de endeudarse es una conducta que parte, mayormente, de la insatisfacción con lo que Dios nos ha dado, de los deseos de la carne, la ambición desmedida y la codicia. En los verdaderos creyentes, esta conducta debe ser confrontada por la Palabra y abandonada en el poder del Espíritu Santo, al conocer lo que las Escrituras dicen al respecto.

De igual manera, en el caso de las fianzas. Usted debe analizar por qué razón está adquiriendo ese compromiso por alguien y qué lo motiva.

Aunque el tema de las deudas y las fianzas se desarrollará más profundamente en la enseñanza 7: Deudas y fianzas y 10: Pagando las deudas, lo importante es discernir las raíces de esta conducta.

Pero esta perspectiva errada está intrínsecamente relacionada con la fe que decimos profesar o, más bien, con la carencia de ella y, habitualmente, la falta de fe en Dios es una de las razones más comunes por las cuales las personas adquieren deudas y mantienen una seria y excesiva preocupación por las finanzas.

5. Falta de fe en Dios

En realidad, podemos tener fe en muchas cosas, personas o métodos, pero la fe bíblica se centra en Dios y puede ser entendida en dos formas.

En primer lugar, como equivalente del verbo “esperar”, obviamente una esperanza del cumplimiento de las promesas de Dios registradas en la Palabra y, en segundo lugar, como el compendio o cuerpo de lo que creemos, es decir el cuerpo doctrinal. La fe bíblica, le exige al creyente cambiar sus conductas pecaminosas.

Hablaremos de este tema con mayor amplitud en la enseñanza 8: La fe en Dios, pero podemos adelantar que la falta de fe en Dios es, de manera muy generalizada, una de las razones por las cuales las personas no hacen planificación financiera.

Conclusión

Hoy hemos visto algunas conductas en contra de una fiel mayordomía bíblica: 1. Idolatría 2. Una visión errada acerca de quién es Dios 3. Una perspectiva equivocada de las finanzas. 4. Deudas y fianzas 5. Falta de fe en Dios. Estas conductas deben ser retiradas de nosotros como los harapos de un vestido viejo, ese que usa el viejo hombre, pues si somos hombres nuevos debemos usar el nuevo vestido sin mancha ni arruga que Cristo pone a sus hijos. Dios mediante, la próxima semana veremos algunas otras de estas harapientas conductas para redondear esta enseñanza, de tal manera que nos preparemos para vestirnos del hombre nuevo.

Y si usted, todavía no se ha arrepentido de sus pecados y aun está vestido con los harapos del viejo hombre, tristemente tengo que decirle que esa no es la ropa apropiada para estar delante del Rey de reyes y Señor de señores, no te atrevas a presentarte así delante de Él pues no serás recibido, sino todo lo contrario, serás enviado a ese terrible lugar de tormento eterno, donde sólo hay llanto y crujir de dientes. Pero mientras estés vivo tienes esperanza, corre a Cristo quien te retirará esos sucios harapos, lavará tu inmundicia y te pondrá un vestido resplandeciente, sin mancha, ni arruga para vivir con Él, en el gozo eterno de su presencia. Corre a Cristo, por tu vida eterna, corre a Cristo urgentemente.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová”. Isaías 55:6-8

Legado para mis hijos

Es necesario que cada padre deje una herencia basada en el ejemplo de una conducta conforme a la voluntad de Dios y fundamentada en el conocimiento de su Palabra.

Hemos dicho que el sacerdote del hogar o varón es el encargado y responsable delante de Dios de enseñar a su familia lo que la palabra de Dios dice acerca de desechar estas conductas. Le animamos a que lea cuidadosamente este texto con sus hijos y les enseñe de una manera sencilla (Pídale la estrategia a Dios en oración), lo que significan e implican estas conductas en contra de la mayordomía bíblica.

Rogamos al Señor que no sea usted como los falsos profetas de la época de Oseas, y con su negligencia permita la destrucción de sus hijos por falta de conocimiento, hermano, no permita que en su familia se olvide la Ley de Dios, pues lo natural es que los niños no deseen estudiarla y mucho menos retenerla en la mente.

Ocúpese en trasmitir la sana doctrina a sus hijos y nietos, pues si ellos no conocen a Dios estarán en una gran desventaja espiritual, está en usted como padre o madre, ayudar a vestir a sus hijos con ese traje resplandeciente del nuevo hombre sin mancha ni arruga, que es una conducta agradable al Señor, en caso contrario tendrá que dar cuenta de esa grave y pecaminosa omisión.

Oremos

Padre santo, por tu misericordia y por tu amor limpia a tu pueblo de sus pecados, trae a nuestros labios palabras de súplica y arrepentimiento, retira de nosotros esos viejos y sucios harapos que visten al viejo hombre y santifica nuestra conducta por medio de tu Santo Espíritu.

Quita toda iniquidad de nuestro corazón para luego revestirnos con la ropa limpia y resplandeciente del hombre nuevo, ese hombre que nace del arrepentimiento y de la fe que Tú mismo has puesto en nosotros, pues nosotros que estábamos extraviados en Ti hemos alcanzado misericordia.

Señor, sana nuestras rebeliones, con tu amor perfecto y eterno aparta tu ira de tu pueblo, para que tu pueblo florezca y extienda sus raíces hacia las próximas generaciones, y que estas se extiendan como frondosas ramas con tu gloria y perfumen esta tierra con el olor grato de la alabanza a tu Nombre.

Que las próximas generaciones se sienten a tu sombra, que sean vivificados con tu Espíritu, y que nunca más se vistan con los harapos de tener puesta su confianza en los ídolos, sino que seas Tú todo su sostén, toda su provisión y toda su esperanza.

Damos gracias Señor, pues nos has mostrado que tus caminos son rectos, y que los justos andarán por ellos, y que es tu santa voluntad que conozcamos estos temas que nos has estado enseñando de mayordomía bíblica… Por eso Señor, te pedimos que podamos poner en práctica esto que hemos aprendido, y que podamos instruir a nuestros hijos y nietos con tu Palabra.

Todo esto le pedimos en el nombre de Jesús.

Amén



[1] Nota del autor: No avalo, necesariamente, todos los puntos de vista doctrinales de este autor, sino exclusivamente lo que cito.

[2] s citas bíblicas sobre la idolatría: 1. Antiguo Testamento: 2 Reyes 21:11; 2 Crónicas 15:8 y 34:7; Salmos 78:58-59; 96:5; 97:7 y 115:2-8; Isaías 2:8-9 y 18; 31:7; 40:18-20; 41:29; 42:17; 44:9-20; 48:4-5; 57:5 y 66:3; Jeremías 8:19; 16:18; 50:2 y 38 y 51:17-18; Ezequiel 11:18; 14:3-4 5 y 20:18; Oseas 4:17-19; 8:4 (todo) y 14:3 y 8; Miqueas 1:7 y Zacarías 13:2. 2. Nuevo Testamento: Hechos de los apóstoles 15:20 y 17:16; Romanos 1:23 y 2:22; 1 Corintios 10:14 y 12:2; Gálatas 5:19-21; 1 Tesalonicenses 1:9; 1 Pedro 4:3 y Apocalipsis 2:14 y 9:20.

[3] PINK, Arthur W. Exposition of the gospel of John.

[4] deísmo: de la voz latina Deus otiosus (“dios inactivo”). Este concepto es empleado para describir la falsa creencia en un dios creador pero que en algún momento se retira y deja de involucrarse en su creación, lo que constituye un principio central para el deísmo.

[5] Nota del autor: No avalo, necesariamente, todos los puntos de vista doctrinales de este autor, sino exclusivamente lo que cito.


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