2. Nuestro Señor Todopoderoso
1 Crónicas 29:10-16
10 Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo 11 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 13 Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. 14 Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. 15 Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura. 16 Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo. 1 Crónicas.
Oremos
Señor ayúdanos a entender que sólo somos administradores de las riquezas de tu gracia y que nuestra preocupación principal debe ser conocer tus prioridades para nosotros, pues eres nuestro Amo y Señor, para que actuemos según ellas en nuestra vida, y que entendamos que realmente Tú eres el dueño de todo y nosotros solo somos tus mayordomos.
Así que te pedimos Padre Santo que pongas en nuestros corazones el servirte con dedicación y amor, de tal manera que tengamos una vida consagrada a tu servicio y que podamos ser unos fieles mayordomos de lo que has puesto en nuestras manos.
Amén
Introducción
El tema de hoy es “Nuestro Señor Todopoderoso”, y nuestra base bíblica es el texto que leímos en 1 Crónicas 29:10-16, que es parte de la oración del rey David (1,040 - 966 a.C) cuando comunicó al pueblo que harían un templo en Jerusalén para adorar al Señor. David había recogido todos los materiales para el templo, y estaban las bodegas de la ciudad repletas de metales, maderas y piedras preciosas, por todo lo que el mismo David entregó de su tesoro y además por todo lo que el pueblo ofrendó de manera abundante y voluntaria para la construcción del templo.
David entendía a Dios de una manera correcta, y eso es muy importante pues la manera cómo vemos a Dios influye íntimamente en el manera como administramos las finanzas[1] que el Señor nos ha entregado, y si esta perspectiva está errada, producirá una conducta pecaminosa y afectará el desempeño de nuestra mayordomía bíblica. Así que para llegar a ser un administrador o mayordomo fiel, nuestra perspectiva de los bienes, las riquezas y el dinero tiene que estar en plena concordancia con lo que Dios mismo expresa en su Palabra acerca de su carácter y sus atributos.
Por eso un fiel mayordomo debe conocer muy bien a su Señor, en nuestro caso debemos reconocer sus infinitas perfecciones, o atributos como algunos teólogos los llaman, eso es lo que trataremos de hacer hoy bajo el siguiente esquema:
Primero.
Repasaremos algunos (4) de los
atributos de Dios, aquellos que más tienen que ver con la mayordomía, estos
son:
*
Santidad
*
Justicia
*
Soberanía
* Amor
Segundo. Veremos 3 características principales de la forma como Dios se relaciona con su creación, estas son:
*
Nuestro Señor es el dueño de todo.
*
Nuestro Señor tiene el control de todo.
* Nuestro Señor todo lo provee según su santa voluntad. (Decreto eterno)
Para empezar leamos 1 Corintios 15:34.
34 Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo. 1 Corintios 15:34
Esto dijo Pablo a los cristianos en Corintio hace unos 20 siglos, y al parecer muchos cristianos de hoy sufren la misma falencia… Una vez le preguntaron al teólogo R.C. Sproul: “¿Cual es el mayor problema de la iglesia hoy? Y él respondió: “La iglesia no sabe quien es Dios”.
Tristemente tanto Pablo como Sproul tenían razón, nosotros que somos la Iglesia, no conocemos a Dios, y no me refiero al conocimiento profundo de nuestro Dios insondable, pues sabemos que eso es imposible, me refiero a conocer a Dios según lo que Él ha dejado escrito en la Biblia… y ese conocimiento está aquí, plasmado en papel desde hace 2,000 años y nosotros poco nos preocupamos por profundizar en el conocimiento de nuestro Señor. Y esa negligencia además de ser pecado, nos causa grandes males, pues no podemos tener una buena relación con un Dios que no conocemos, es como andar tropezando en la oscuridad teniendo en la mano una lámpara apagada.
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:105
La Palabra debe ser luz que ilumina nuestro camino, por eso, un fiel mayordomo debe dedicar diariamente tiempo al estudio bíblico, pues es importante conocer muy bien al Señor, pues si no lo hace vivirá una vida llena de contradicciones que lo hará muy poco útil para el avance del Reino. Te has preguntado ¿Que tan útil eres para el avance del Reino de Dios en la tierra?
Para ser útiles en manos del Señor, y además por ser una obligación como creyentes, necesitamos reflexionar acerca de todos y cada uno de los atributos de Dios: pero como administradores especialmente en su santidad, soberanía, justicia y amor. Pues como veremos la mayordomía de los creyentes está establecida sobre estos atributos.
Es muy importante establecer que: “La mayordomía cristiana no parte de las necesidades del hombre ni de la Iglesia, sino que parte del carácter de Dios” (Sobrinho[2], 1990, 40). Al conocer a nuestro Señor en lo que Él nos ha permitido conocerle, cualquier circunstancia o situación se hará insignificante y minúscula al lado del Dios magnífico que tenemos. Así que es necesario un entendimiento profundo de su carácter para reflejarlo en nuestra vida:
Hablemos
ahora de esos atributos de Nuestro Señor, en los cuales se fundamenta la
mayordomía cristiana.
1. Atributos
de Dios sobre los cuales
se fundamenta la mayordomía.
— Santidad
— Justicia — Soberanía — Amor—
•
La santidad de
Nuestro Señor
“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. 1 Pedro 1:16
Dios es santo. Por esto, el hombre santo es aquel que refleja el carácter de Dios en el modo de ser y de actuar. Dios tomó una decisión antes de la fundación del mundo, la cual fue refrendada en nuestra redención: Fuimos creados para ser santos como Él es santo, pero como caímos en pecado, Dios nos rescató de la maldición del pecado para que seamos santos.
Ser santos es la manera como un cristiano debe vivir diariamente y eso es mayordomía cristiana en acción. Si el corazón pertenece a un Dios santo, todo lo que el hombre es y todo lo que posee debe ser santo. Esto es lo que se entiende por un fiel mayordomo cristiano: “Mayordomía total es santificación total” (Sobrinho, 1990, 62).
En resumen, el hombre fue creado para ser santo como Dios, es decir, para ser un reflejo de la santidad de Dios en la tierra. Esta vocación se expresa en la capacidad del hombre para amar y servir a Dios, en todos los aspectos.
• La justicia de Nuestro Señor
Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son
rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. Deuteronomio 32:4
Dios es justo y, no sólo eso, es la propia justicia en acción.
Así que ser justo es tener un carácter con la cualidad innata de poder cumplir la perfecta ley de Dios, eterna e inmutable porque los criterios de la justicia de Dios emanan de su santidad y perfección. Pero cumplir la ley de Dios sólo es posible por la obra de Jesucristo en la cruz y por el Espíritu Santo habitando en nosotros.
La mayordomía cristiana es “la justicia de Dios en acción en la totalidad de la vida de los hijos de Dios” (Sobrinho, 1990, 62). Si fuimos “justificados” y servimos a un Dios justo, debemos actuar justamente.
• La soberanía de Nuestro Señor
El
que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
Efesios 1:11
Dios es soberano y su soberanía es el poder de su voluntad en acción. Soberano es Aquel que gobierna y se gobierna a si mismo, sin estar sometido a otro. Es Aquel que tiene el poder de ejecutar su voluntad sin impedimento o inhibición. Desde esta perspectiva de mayordomía cristiana, el creyente debe participar voluntaria, creativa y responsablemente de manera que su mayordomía de los bienes materiales, sea un significativo indicador de la aceptación del señorío de Jesucristo, no solamente sobre la vida de los salvos, sino también sobre todo el universo (Isaías 9:7); de la entrega y confianza en el poder de la providencia de un Dios soberano (2 Corintios 9:8).
Mayordomía bíblica es dar a Dios lo que realmente le pertenece:, es decir: Todo; y saber que Dios, no sólo es el dueño del presente, sino también del futuro pues “quien no vive bajo el señorío de Cristo en esta vida, no tiene por qué esperar servirlo en la eternidad (Mateo 7:2)” (Sobrinho, 1990, 56).
• El amor de Nuestro Señor
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:13
Dios es amoroso y debido a lo excelso de su amor y a la dificultad de describirlo, éste ha recibido múltiples adjetivos: Insondable, inefable, incomparable, sublime, etc., pero en el único lugar donde el amor de Dios puede ser visto sin necesidad de adjetivos es en la cruz del Calvario, un amor absoluto. Jesús es la dádiva de Dios a la humanidad. El alto precio que Jesús pagó por el rescate de nuestra alma es el amor expresado en la entrega de su sangre, de su vida completa hasta la muerte (Juan 15:13).
Este amor ágape, el amor de Dios, es un sentimiento que resulta en acción y así debe ser en nosotros. En esto reside el más alto significado de la mayordomía cristiana: Reconocer y proyectar el amor de Dios en nuestro modo de vida porque ser un fiel mayordomo desde una perspectiva bíblica, no es consecuencia de nuestro amor por Dios, si no del amor paternal de Dios hacia nosotros.
En resumen Dios es santidad en acción, Dios es justicia en acción, Dios es soberanía en acción y Dios es amor en acción. En acción significa que su fuerza vital hace que todo esté en perfecto movimiento y armonía, según su santa voluntad.
Por eso podemos decir que la santidad de Dios se revela en su Justicia que, a su vez, está reflejada en la Soberanía sobre su creación para exaltar su Amor.
2. Tres características principales de la forma como Dios se relaciona con su creación.
Es el Dueño — tiene el control — Provee según su voluntad
Con base en lo anterior, aceptamos que Dios es nuestro Señor y las Sagradas Escrituras dicen que es el dueño de todo, tiene el control sobre todas las cosas y es nuestro proveedor y nosotros debemos entender a profundidad lo que esto significa.
12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 1 Crónicas 29:12
• Nuestro Señor es el dueño de todo
El Diccionario Enciclopédico Salvat define a un señor como “una persona que manda como dueña y con mucha autoridad”.
Si Jesucristo es el Señor de nuestras vidas, significa que Él posee poder y autoridad supremos sobre nosotros. Pablo expresa que no somos nuestros propios dueños, sino que fuimos comprados por el sacrificio de Cristo:
“19¿…Ignoráis… que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio;…”. 1 Corintios 6:19b-20a
El pasaje señala que Dios nos compró por un precio invaluable, la sangre de su Hijo Jesucristo, así que realmente le pertenecemos a Él con todo nuestro cuerpo y posesiones, como lo expresó el gran reformador y político holandés del siglo 19, Abraham Kuyper[3]: “No hay un centímetro cuadrado en todo el dominio de la existencia humana sobre la que Cristo, quien es soberano sobre todo, no proclama: "¡Es mío!"”.
Al entender que el Señor es dueño de todo, asumimos que cada decisión administrativa o financiera que tomamos, refleja nuestra vida espiritual, pues está directamente asociada a nuestra relación con Él.
Por un momento, cierre sus ojos y piense en el lugar donde se encuentra, en todo lo que lo rodea, en el aire que respira, en los árboles, en los animales, en su vida, en su familia, en su congregación, en los que han muerto… ¿Qué ha hecho usted diferente a muchas otras personas para merecer y disfrutar todo esto? Nada ¿cierto?. ¿Si hoy muriera, podría llevarse algo de esto? ¡Cierto que no! ¿Puede darse cuenta de que nada es suyo? Todo le pertenece a Dios y vivimos por su misericordia y morimos cuando Él lo determine.
Dicen que en el funeral del hombre más rico del mundo moderno, John D. Rockefeller (1839-1937), alguien se acercó a su contador y le preguntó ¿Cuanto dejó el difunto? Y él respondió “todo, lo dejó todo, no se pudo llevar nada”.
Vamos de nuevo a nuestro texto guía (1 Crónicas 29:11-12).
“11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”.1 Crónicas 29:11-12
“1De
Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo,
y los que en él habitan”. Salmos 24:1
“14 He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella”. Deuteronomio 10:14
10 Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los
collados.11 Conozco a todas las aves de los montes,Y todo lo que se mueve en los
campos me pertenece. 12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.
Salmos 50:10-12
Volvamos a nuestro texto en 1 Crónicas 29:16.
16 Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo. 1 Crónicas 29:16.
Si queremos encontrar un modelo de mayordomía en algún personaje bíblico, el Rey David sería uno de los más indicados. Esta oración “al comienzo de la construcción del templo demuestra por qué él era un hombre conforme al corazón de Dios. En esta época ya era un anciano y a pesar de todos sus logros, era profundamente humilde y lo demostraba deseando que la gloria le fuera atribuida sólo a Dios, y no a él”[4]. Esta fue una constante en su vida, siempre trabajando para Dios y su pueblo, y aunque sabemos que pecaba, siempre se arrepentía y buscaba el rostro del Señor y su dirección.
David sabía quien es el dueño de todo. Saber que nada es nuestro nos debe llenar de gozo, pues nos quita muchas preocupaciones, pero esto no debe ser malinterpretado. No significa que descuidemos las cosas o que deben dejar de importarnos, por el contrario, debemos administrar muy bien lo que se nos ha confiado y, como buenos mayordomos, rendir cuentas a su Dueño de lo que hacemos con sus posesiones. Eso no significa que no podamos disfrutar de la provisión que Dios ha dispuesto para nosotros, pues el apóstol Pablo nos enfoca en el Señor y su promesa…
“17…ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. 1 Timoteo 6:17b
Pero el Señor nos puede probar para saber si aún tenemos posesiones tan valiosas en nuestro corazón, que impiden que todo nuestro amor y devoción sean sólo para Él. Por eso, este proceso de rendir nuestras finanzas a Él, nos debe llevar también a retornarle el derecho de propiedad de todas las que, hasta ahora, creíamos eran nuestras posesiones.
“33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”. Lucas 14:33
Recordemos la historia de Abraham, quien fue probado con su “posesión más valiosa”, Isaac, el hijo de la promesa.
“2Y dijo [Dios]: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. Génesis 22:2
¿Que
pensaba Abraham ante esta orden del Señor, para el contradictoria, pues Isaac
es el hijo de la promesa? Vamos a Hebreos 11:17-19, en donde podemos entender
mejor esta historia y así entender mejor el carácter de Abraham.
17 Por la fe
Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las
promesas ofrecía su unigénito, 18 habiéndosele
dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19 pensando
que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en
sentido figurado, también
le volvió a recibir. Hebreos 11:17-19
Cuando Abraham aprobó la prueba de obediencia, el Señor habló:
“12Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”. Génesis 22:12
Cuando entendemos que todo lo que poseemos pertenece a Dios, cada decisión se toma directamente con su aprobación y no con nuestros impulsos, emociones o deseos.
Piensa en eso: si tu jefe te da cierta cantidad de dinero para comprar algunas cosas y tú sabes que te exigirá cuentas de cómo empleaste el dinero, seguro que vas a cuidar muy bien ese dinero… Entonces si debes rendirle cuentas a tu jefe, ¿cuánto más tendrás que rendirle cuentas a Dios de cómo gastas el dinero de Él? Porque todo le pertenece a Él, entonces cada decisión, pasa a ser una decisión espiritual, para la cual debemos buscar la dirección del Espíritu Santo respecto a lo que vamos a hacer, comprar o adquirir.
Es posible que te tome un tiempo interiorizarlo, pero una vez lo logres, la vida se hará más fácil, la carga más liviana y empezará a desvanecerse el querer tener y conseguir más. También será cada vez mayor la convicción de que no somos dueños de nada, sino administradores de las cosas de nuestro Señor y que debemos cuidarlas y dar cuenta de ellas, mientras estemos en esta tierra. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? (Lucas 16:11)
• Nuestro Señor tiene el control absoluto de todas las cosas.
Una vez que entendemos que todas las cosas son de Dios y que a nosotros, sus siervos, Él nos permite usarlas y poseerlas para su gloria y honra, aprendemos que el control y el dominio absoluto de todas las cosas que hay en el universo y en la Tierra están en las manos de Dios.
Su Soberanía y su Providencia son totales. Él dice: “…Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;…” (Isaías 46:10b).
“6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”. Salmos 135:6
Y también podremos ver que Dios tiene control sobre toda la humanidad (1 Crónicas 29:12b; Proverbios 21:1 y Hechos 17:26).
“34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor[5] (642 - 562 a.C) alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”. Daniel 4:34-35
De igual manera, Dios tiene el dominio y el control absoluto en las situaciones difíciles y aún en aquellas que parecen devastadoras.
“6para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, 7que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto”. Isaías 45:6-7
Hermano vives en paz, dale gracias a Dios, vives en adversidad, también dale gracias a Dios, pues es Él quien hace todo, EL tiene el control de todo y sabe que es lo que más nos conviene.
“28Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados”.
Romanos 8:28
Me gusta la palabra “sabemos” en el comienzo de este versículo porque significa que los creyentes tenemos unas verdades reales en las que podemos confiar. Es reconfortante saber que es Dios quien tiene el control de todo y no nosotros, pues, en su infinita sabiduría Él sabrá qué entregarnos conforme al perfecto plan que tiene para cada uno. ¡Esto se traduce en más gozo y menos carga!
• Nuestro Señor provee todo aquello que necesitemos conforme a su voluntad
Entender esto nos permite actuar y trabajar apasionadamente a favor del propósito de Dios para nuestras vidas, así en lo material no nos imaginemos cómo el Señor suplirá para llevarlo a feliz término. Así como Abraham no sabía de que manera Dios le iba a devolver a Isaac… No sabía como lo haría, pero sabía que lo haría.
Podemos saber que lo que Él se propuso, lo hará y que ha dispuesto la provisión anticipadamente para llevar a cabo esa misión que nos ha dado.
Alguien decía sabiamente que “donde está tu asignación, ahí está tu provisión”. Así que los animo a orar para que Dios le muestre cuál es el propósito para su vida porque para vivir una mayordomía bíblica, debemos saber cuál es el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros, cómo quiere que lo llevemos a cabo y sabiendo que…
“19Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19
“Uno de los nombres hebreos más hermosos de Dios es Jehovah-jireh: “Jehová proveerá” (Génesis 22:14). La provisión de Dios para aquellos que confían en Él es tan característica de su naturaleza que constituye uno de sus nombres. Puede que nunca dudes de la mayoría de los atributos de Dios (por ejemplo, su santidad, amor, bondad, poder, justicia y gloria), pero puede que en ocasiones te preguntes si proveerá o no para tus necesidades. Sin embargo, eso es exactamente de lo que Jesús advirtió a sus seguidores en Mateo 6:25-34 cuando les dijo que no debían afanarse por qué habían de comer, beber o vestir. Dios aún es Jehovah-Jireh, el Dios que provee y es por eso que David dijo: “…y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan” (Salmos 37:25)” (MacArthur, 2005, 23).
En la mayordomía bíblica es necesario saber que en cuanto a la provisión, en algunos aspectos Dios es predecible y en otros, es impredecible.
Dios es predecible en suplirnos lo que necesitamos para cumplir su propósito, pues así lo ha prometido en su Palabra (Mateo 6:31-33).
“31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:31-33
Y además lo repite en otros textos de la Biblia.
“9Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. 10Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien”. Salmos 34:9-10
“19Mi Dios, pues, suplirá [proveerá] todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19
Nuestra fe está en creer que Él cumplirá lo que ha prometido. De ahí la importancia de conocer sus promesas registradas en las Escrituras para poder apropiarnos de cada una de ellas, sea cual sea la situación que estemos afrontando.
Pero además, en muchas ocasiones, Dios es impredecible, pues no podemos saber nunca con exactitud, en qué forma proveerá. Su Palabra dice que sus caminos son más altos que nuestros caminos y los pensamientos que tiene son mucho mejores de lo que nosotros mismos podemos esperar.
“8Porque
mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son
mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos”.
Isaías 55:8-9
El Antiguo Testamento narra que durante cuarenta años, Dios alimentó a su pueblo en el desierto con maná y codornices, ordenó a los cuervos que alimentaran a Elías mientras estaba escondido y siguió entregando provisión en el Nuevo Testamento cuando Jesús dio de comer a cinco mil personas con sólo cinco panes y dos peces e hizo esto mismo en dos ocasiones. Y en nuestros días, ¡cuántas historias de creyentes con fe hemos escuchado acerca de visitas inesperadas con alimento y provisión, nuevos empleos o proyectos, aumentos de salario, regalos, provisión sobrenatural, donación de un extraño, entre otras! Para darnos cuenta de que siempre podemos estar seguros al depositar nuestra confianza en las promesas de Dios.
Así que en cualquier situación que estemos afrontando, tengamos presente siempre que Dios es dueño de todo, tiene el control y provee todo lo necesario según su plan. Creamos en sus promesas predecibles y dejémonos sorprender con aquello en lo cual Él es impredecible.
Debemos pues, tener la certeza de que Dios proveerá acorde con su Plan Supremo y con su plan individual para cada uno de sus hijos, pero el misterio de la voluntad de Dios para cada uno, no puede hacerse evidente sin antes romper el molde de este mundo, entrar en la transformación dolorosa y en la renovación de nuestro entendimiento, un proceso que exige obediencia de nuestra parte, pero que al final, nos permitirá comprobar que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, como nos asegura el apóstol Pablo:
“2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2
Para entender la voluntad de Dios para cada uno de nosotros necesitamos que nuestra mente sea transformada y que no nos amoldemos a las costumbres que el mundo nos propone y esto implica ser capaces de decidir sobre el límite de nuestro estilo de vida. Estamos firmemente convencidos de que Dios quiere que su pueblo prospere, pero no al punto de canjear nuestra herencia en la eternidad por las gratificaciones temporales de esta vida.
“11Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. 12Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 13y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. Jeremías 29:11-13
“20Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos,…”. Nehemías 2:20a
En definitiva, nuestra libertad financiera para servirle a Dios, está estrechamente ligada con la perspectiva que tenemos de Dios y el lugar que Él ocupa en nuestras vidas. Es decir, nuestro comportamiento será guiado por el conocimiento y amor que tengamos por Dios.
Aplicaciones
1. Sabiendo que Nuestro Señor es el dueño de todo, Empecemos a entender que nada nos pertenece y que tendremos que dar cuentas de todo lo que el Señor nos ha entregado para administrar, incluido el tiempo, de tal manera que examinemos nuestras prioridades, para ver si estamos más interesados en nuestros propios planes y placeres o en servir como verdaderos mayordomos y hacer la obra que el Señor nos encomendó. ¿Que haces con tu tiempo? ¿cuantas horas dedicas a la T.V. o las redes sociales, y cuantas horas a orar y estudiar la Biblia?
2. Sabiendo que Nuestro Señor tiene el control de todo, actuemos esforzadamente para que nuestra vida sea acorde a su santa voluntad, y para que su obra avance en la tierra, pues tenemos la seguridad de que Él está con nosotros siempre, y tiene pleno control de nuestras circunstancias, aun en los momentos más difíciles.
3. Sabiendo que Nuestro Señor es quien provee todo, renovemos nuestra mente para que se anide en ella la convicción de la grandeza de nuestro Dios y el saber que Él tiene para cada uno la mejor manera de proveer para todas nuestras necesidades o sorprendernos al cumplir los anhelos de nuestro corazón.
Oremos
Señor ayúdanos a descansar seguros en tus manos, sabiendo que nos bendecirás abundantemente, según tus propósitos para el avance de tu Reino, no solo externamente sino en cada uno de nuestros temerosos corazones. Señor danos valor y ayúdanos a seguir adelante en este Camino que cada día se torna más estrecho.
Amén
Iglesia Bíblica Reformada Fortaleza de la Verdad —
Medellín Colombia 30 de junio de
2024.
Tomado
de: Tesoros en el Cielo — Mayordomía Bíblica
[1] Finanzas: Bienes, riquezas y dinero, incluyendo todo
lo que el Señor ha puesto en nuestra mano.
[2] João Falcão Sobrinho (1930 - 2014) Autor y pastor bautista brasileño, entre otros libros escribió Teología de la mayordomía cristiana. Impreso por Casa Bautista de
Publicaciones. Estados Unidos. 1990.
[3] Abraham
Kuyper (1837-1920) fue el primer ministro de los Países Bajos entre 1901 y 1905 y un influyente teólogo calvinista, además de periodista. Creó las Iglesias Reformadas de los
Países Bajos,
que desde su fundación se convirtieron en la iglesia reformada más importante
después de la Iglesia Reformada Neerlandesa, de apoyo estatal.
[4] Comentario en La Biblia Devocional de Estudio -
Liga Biblica - p 390
[5] Nabucodonosor II (642 a. C.-Babilonia, 7 de octubre de 562 a. C.) es probablemente el
gobernante más conocido de
la dinastía caldea de Babilonia. Reinó entre el año 604 a. C. y el 562 a. C.
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